domingo, 25 de mayo de 2014

Feminismo

Recientemente he tenido un "confrontamiento" con cierto compañero de clase. Todo se debió a que, en un momento en el que estábamos sin profesor y yo estaba distraída respondiendo a una pregunta de una amiga, dicho individuo se dedicó a pintar falos en las pegatinas feministas de mi libreta.
Lógicamente me enfadé, y he de reconocer que me puse un poco histérica, pero eso no justifica el hecho de que me insultara, me llamara "macholo" y no intentara en ningún momento disculparse por haberme boicoteado la libreta.
Fueron dibujos relativamente pequeños y hechos a lápiz, pero al calcar en el cartón, por mucho que borres queda la marca grabada. Por no hablar de que la pegatina se decoloró y hubo que "restaurarla" con rotulador permanente.
A parte de todo esto, cada vez me encuentro con más gente que cree que el feminismo es el correspondiente del machismo pero desde el lado contrario. Eso no es así. A eso se le llama "hembrismo". El feminismo es la defensa de la mujer, es la lucha por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, sin que ninguno de los dos sexos quede por encima del otro. Esto se lo tengo que explicar a alguna que otra persona de vez en cuando, tanto hombres como mujeres, y muchos lo entienden y se declaran feministas al instante. Sin embargo, hay quien no lo comprende o no quiere comprenderlo, y ese es un grave problema.
Es muy difícil ser una persona con ideas y principios en medio de un rebaño de ovejas y carneros violentos.



sábado, 17 de mayo de 2014

17 de Mayo

Hoy es 17 de mayo, día internacional contra la homofobia y la transfobia. Sin embargo, no es un día de celebración, es un día de lucha, en el que hay que seguir peleando por la igualdad. 
No creo que sea necesario dar más detalles, puesto que ya he dejado bastante clara mi postura al respecto, ahora y en entradas anteriores.
Continúo insistiendo en que ésta no es una sociedad justa, y en que tenemos que hacerla cambiar, porque si no no lo hará nadie. Si quieres que algo se haga, hazlo tú mism@.


martes, 13 de mayo de 2014

Mocos

Sé que el título de la entrada no es una gran cosa, pero es increíble la cantidad de gente que va a leer esto sólo por él.
Últimamente no me encuentro muy bien. No es nada grave, tan sólo un resfriado común y corriente, acompañado de mareos demasiado frecuentes. Aun así, esto es un asco. Apenas puedo respirar y me escuece la nariz de tanto sonarme.
Por lo demás, nada nuevo. Me perdí Eurovisión; sólo vi a partir de Francia. La mayor parte de la gente que conozco sigue cayéndome mal, algunos de forma permanente y otros a ratos.
Sigo oyendo tonterías del tipo "si son feministas serán todas lesbianas" o "¿es prostituta? Porque tiene las tetas muy grandes". A veces me dan ganas de, utilizando fragmentos de Halt (Rammstein), coger un rifle y desahogarme acabando con la desgraciada vida de ciertos especímenes que ya me tienen más que harta.
Todavía oigo utilizar la palabra gay como insulto, cosa que me saca de quicio. 
Mis compañeros, aunque ya son mayorcitos, aún no saben colocarse la capucha y el cuello de la camisa, y de un momento a otro tendré que limpiarles también las manchas de Cola Cao de la cara.
Mi faceta de niña buena y callada está desapareciendo, haciéndome mostrar un carácter demasiado agresivo, bipolar y puede que hasta un poquito psicópata.
Vuelvo a repetir que no me encuentro bien, y cuando no me encuentro bien no me gusta que me molesten, que me vacilen o que me contradigan. No me gusta que me contrarien de ninguna forma, porque salto a la primera de cambio.
Acabo de leer Messer de Till Lindemann y he comprendido varios de sus poemas, especialmente "¿Motivo?". Lo leí en castellano, naturalmente, porque sé algo de alemán pero no lo suficiente como para entender frases complejas enteras, y mucho menos poesía. Ay, quien tuviera munición... 
Por cierto, seguidme en Twitter: The Truck Driver


sábado, 10 de mayo de 2014

Donde Los Árboles Cantan

Este lunes tenemos el examen de lectura de Lengua Castellana. Teníamos tres libros a escoger: "Historia de una escalera", "El retrato de Carlota" y "Donde los árboles cantan".
Yo, puesto que el primero ya lo había leído y el segundo no me llamaba mucho la atención, elegí la tercera opción, entre otras cosas porque la autora, Laura Gallego García, se ha convertido en una de mis novelistas predilectas.
Lamentablemente, no tuve oportunidad de hacerme con el libro en la biblioteca del instituto, así que me descargué la novela en pdf.
Empecé a leer la noche del jueves, hasta que me entró el sueño y decidí irme a la cama. Tuve el tiempo suficiente para terminar tres capítulos mientras cenaba. Me leí los once capítulos restantes y el epílogo ayer por la tarde, y tengo que decir que me encantó.
La historia consiste en la reconquista de un reino que ha sido tomado por los bárbaros. La protagonista, Viana, es la hija huérfana del conde de Rocagrís, pero muy pronto deja de pertenecer a la alta sociedad y todo su mundo cambia.
A lo largo de la novela se advierten (o por lo menos en mi caso) matices feministas, es decir, la igualdad entre el hombre y la mujer, aunque la sociedad es muy, muy machista. Se demuestra que las mujeres son capaces de hacer lo mismo, y en ocasiones incluso más, que los hombres, y viceversa. Además, el lector o lectora un poco agudo, encontrará una cierta ridiculización de la nobleza.
Para quien lo haya leído o pretenda leerlo, le confesaré que realmente mi favorito era Holdar, aunque no era el más benévolo de los hombres. Y a Lobo también le cogí un gran cariño.
Realmente fue una novela que me gustó, incluso más que otras novelas fantásticas de Laura Gallego. La recomiendo con todo mi corazón.